En el medio de la última ronda de conversaciones auspiciadas por México cuyo objetivo fue reactivar el vacilante pacto comercial, o sea el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el presidente Enrique Peña Nieto voló a Xiamen, al sur de China, para asistir en la novena cumbre de las naciones BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Peña Nieto dejó el país en medio de los reclamos del presidente Donald Trump, quien asegura que el bloque comercial de 24 años historia, el cual también incluye a Canadá, había perjudicado a los trabajadores estadounidenses y creado un déficit comercial con México.
Los analistas interpretaron el viaje de Peña Nieto para participar en un foro de economías emergentes durante la cumbre, como un pivote lejano a su ruidoso vecino del norte. Y las relaciones con China son esperanzadoras, según aseguró Qiu Xiaoqi, el embajador chino en México.
“Ellos [Peña Nieto y el presidente chino Xi Jinping] Han alcanzado un gran consenso en cuanto al desarrollo de la cooperación pragmática entre nuestros dos países”, dijo Qiu recientemente, al periódico mexicano Excelsior. El homólogo de Qiu, José Luis Bernal Rodríguez, aseguró que la relación está pasando por el “mejor momento de su historia”.
Más allá de las apreciaciones mutuas y con mucha atención sobre el TLCAN, mientras los negociadores realizan algunos pocos avances antes de la ronda final de las conversaciones en México, que comenzará el 25 de febrero, el país haría bien en abordar problemas sociales y ambientales de larga data en el marco de su relación bilateral con China, dicen los expertos.
¿Amigo o enemigo?
No existe un problema con respecto a los aspectos formales de la relación entre México y China, según Enrique Dussel Peters, director del Centro de Estudios China-México de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Sin embargo, él no considera a China como una panacea si Estados Unidos abandona el TLCAN. “China no resolverá el problema de México con la administración Trump”, asegura.
Alrededor del 80% de las exportaciones de México se dirigen a los Estados Unidos, mientras que China representa sólo un poco más del 1%.
Además, las exportaciones a China han disminuido en términos absolutos en los últimos 5 años. A diferencia de muchos países de América Latina con grandes sectores primarios, dos tercios de las exportaciones de México son manufacturas.
México no tiene el mismo potencial para exportar productos procedentes de la industria agrícola y extractiva como lo tienen Brasil, Argentina y Chile, que se beneficiaron económicamente del aumento de las exportaciones durante los años del ‘boom’ ‘ de China, dice Dussel Peters.
El período también fue asociado con el incremento de la degradación ambiental para los grandes países exportadores de commodities. Además, Dussel Peters sostiene que, a pesar de la retórica positiva, ni China ni México han logrado abordar los principales problemas que han desencadenado “tensiones masivas” en la última década. Estos incluyen comercio, inversión extranjera directa (IED), proyectos de infraestructura, turismo y visas. Tanto por las irregularidades en los procesos de licitación como por sus impactos sociales y ambientales, los proyectos de infraestructura y construcción han puesto a prueba las relaciones entre China y México.
Un caso infame es el del complejo comercial Dragon Mart, perteneciente en un 40% a capitales chinos. La construcción de esta empresa conjunta entre China y México amenazaba los frágiles ecosistemas de humedales en el Parque Nacional del Arrecife de Puerto Morelos, en las afueras de Cancún, en la Península de Yucatán en México, aseguraron los activistas.
El proyecto finalmente fue abandonado después de un desafío legal. La pérdida de empleos a través del comercio con China también significa un problema urgente para México.
Según investigaciones realizadas por Dussel Peters y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), México perdió más de medio millón de empleos entre 1995 y 2011 a través del comercio con China, siendo en este sentido uno de los peores golpes para cualquier país latinoamericano.
Brasil fue el mayor ganador, con la creación de 1,35 millones de puestos de trabajo en el mismo período. Adrián Cisneros, director de la consultora de negocios Chevaya, con sede en México, sostiene que la administración de Peña Nieto ha fallado en no identificar las principales relaciones comerciales que pretende mejorar.
“[Está] en ninguno”, dijo Cisneros cuando Diálogo Chino le preguntó dónde el gobierno había puesto el foco. Las empresas mexicanas, siendo la gran mayoría pequeñas y medianas empresas (PYME), pueden proyectar su participación en los mercados extranjeros, pero carecen de los recursos y el conocimiento para sostenerse internacionalmente.
Esto se vuelve más evidente al acercarse a países “geográfica y culturalmente alejado” como es el caso de China, agrega Cisneros.
Cuidado con el libre comercio
A medida que el TLCAN estaba contra las cuerdas, China expresó su voluntad de entrar en un pacto con México.
“Si negociamos un acuerdo de libre comercio, esto en gran medida favorecerá los intercambios comerciales entre nuestros dos países. No existe ninguna dificultad desde el lado de China “, dijo Qiu según Reuters.
Cisneros no está de acuerdo. Además de perjudicar a las pequeñas y medianas empresas mexicanas, los estándares ambientales exigidos por los pactos de libre comercio de China suelen ser inferiores a los que México acepta, asegura.
Sin embargo, el cumplimiento de dichos estándares es una cuestión de implementación y sólo cuando las autoridades impongan las sanciones adecuadas, pueden demostrarse.
En otras partes de América Latina, la aplicación más débil de las leyes y licencias ambientales se ha asociado con países que intentan atraer inversiones extranjeras o acelerar proyectos de infraestructura. Según un estudio de la Universidad de Boston, el comercio es un vehículo importante para determinar los impactos ambientales y climáticos.
A medida que países como Estados Unidos adoptan el proteccionismo económico, el informe tomó en cuenta algunos de los aspectos menos abordados del modelo global de libre comercio que ahora China patrocina para sí misma.
“El modelo prevaleciente de tratados de comercio e inversión es en gran medida incompatible con los objetivos climáticos más amplios del mundo”, establece el informe, señalando sus efectos sobre el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, agrega que las reglas de libre comercio pueden socavar las políticas climáticas e imponer límites a la autoridad reguladora del gobierno. El informe sostiene que la escala del comercio (que a menudo crece cuando las economías se liberalizan), su composición y “técnicas” (la forma en las cual se extraen o producen ciertos recursos) determinan los niveles de contaminación en los sectores productivos.
El aumento de las emisiones a través del transporte, incluido el transporte por carretera, el transporte marítimo y la aviación, también constituyen un factor.
“La reducción de las barreras comerciales en todos los bienes y servicios, independientemente de sus impactos climáticos, como en el caso de las exportaciones de petróleo y gas, sólo acentúa aún más los patrones actuales de actividad económica que contribuyen al cambio climático”, asegura el informe.
Recientemente, México promulgó una histórica reforma de su sector energético, abriendo el mercado a nuevas concesiones de petróleo y gas para inversión extranjera, por primera vez en 80 años. La China National Offshore Oil Corporation [CNOOC] compró dos de ocho bloques por un valor estimado de USD $ 1.200 millones.
En un futuro cercano, el gobierno mexicano subastará otros 29 bloques, y se espera que la CNOOC participe de la licitación junto a otras firmas mexicanas, estadounidenses y europeas. El proceso de reforma también incluyó subastas de energía renovable.
Las empresas chinas Jinko Solar y Vive Energía realizaron importantes inversiones en proyectos solares y eólicos, respectivamente. El comercio y la inversión podrían alinearse más estrechamente con objetivos climáticos más amplios si se restringieran los flujos globales de bienes y servicios intensivos en carbono, establece el informe de la Universidad de Boston.
Al mismo tiempo, sugiere políticas de libre comercio que ayudan a promover “intercambios amigables con el clima” mediante la reducción de los aranceles aplicados a los productos con bajas emisiones de carbono y la aceleración del movimiento de capital para inversiones más ecológicas.
Elecciones presidenciales
Peña Nieto dejará el cargo luego de que las elecciones de mayo determinen a su sucesor. La constitución mexicana limita las presidencias a un único mandato de seis años.
Gran parte de la atención de los medios se ha centrado en los problemas del TLCAN y en los crecientes lazos con China a medida que México se prepara para acudir a las urnas.
Se dice que el líder Andrés Manuel López Obrador, ex alcalde de izquierda de la Ciudad de México, apoya la continuación del acuerdo comercial tripartito, pero aboga por un mejor trato para México. AMLO, como se lo conoce a López Obrador, también ha dicho que quiere revisar los nuevos contratos de energía.
Dussel Peters sostiene que, aunque no esperaba que el TLCAN fuera un gran tema de campaña cuando Trump asumió el cargo, muchas cosas han cambiado.
“Como resultado de la estrategia de la administración Trump, la renegociación se convertirá en un tema candente”, dice.